Jordi Figuerola, un hombre que lleva sufriendo anorexia toda su vida, encarna el papel de un monitor de gimnasio que da malos consejos a un joven, que quiere perder peso para poder subir sus fotos a las redes sociales. Le dice las palabras que él mismo escuchaba diariamente en su cabeza: la voz de la anorexia. Dos jóvenes se encaran con el monitor al escucharlo hablar con el chico al que entrena. Uno de ellos es Adrián Rodríguez, un joven de tan sólo 17 años, natural de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, tiene el valor de enfrentarse al monitor que humilla a un chico que padece esta enfermedad y le da consejos muy nocivos para su salud.