Las fuerzas ocultas están ahí, Villanueva lo comienza a descubrir. Un afamado compositor del Carnaval de Cádiz dijo estar dispuesto a vender su alma por la gloria carnavalera. No se podía imaginar que el mismísimo Satanás escuchaba y aceptó su ofrecimiento. Jiménez y Villanueva, con la ayuda de un miembro del Vaticano, tendrán que practicar un exorcismo en el mismísimo Teatro Falla para que se celebre la final y para que algo mucho peor no ocurra, acabar con el Carnaval de Cádiz.