La cámara oculta recoge la visita de la vedette Norma Duval a una clínica, en la creencia de que la han citado para proponerle un trabajo publicitario. Mientras espera, escucha una conversación en la que la hermana de un enfermo de Alzheimer está forzando a la esposa, para que firme el ingreso del paciente en una residencia. La actitud de la hermana parece tan insensible al apremiante deseo de la esposa de continuar cuidándolo en casa, que Norma no puede dejar de prestar a un diálogo tan trascendente. Ella sabe lo que es el problema, porque estuvo cuidando en casa a su propia madre, que sufrió la misma enfermedad durante 13 años. ¿Cuánto más necesita escuchar la artista para intervenir? Si lo hace, ¿de qué forma y con qué objetivo? Su actitud, dará que pensar.