El vago

Dificilmente puede ser vago un pueblo que nunca ha dejado de trabajar, incluso en condiciones muy esforzadas. Al poder le ha interesado mantener la creencia de lo contrario.

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El vago

Los españoles sufren frecuentemente en el extranjero una imagen de vagos que van de siesta en fiesta y donde una gran cantidad se dedican al flamenco y al toreo. En Andalucía este estereotipo resulta corregido y aumentado. Sin embargo, la historia señala que, por el contrario, frecuentemente han trabajado de forma muy esforzada, emigrando y empleados en los trabajos más duros. Pero el andaluz, desconociendo las circunstancias históricas por las que se le negaba el trabajo, se ha colocado la etiqueta de vago. Se trata de una realidad manipulada, un tópico injusto, que conviene erradicar.