Don Juan

Entre los grandes de la literatura española, don Quijote y don Juan son cara y cruz de una misma moneda: el idealismo infatigable del manchego y la osadía del libertino sevillano.

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Don Juan

Aún resonaban las batallas de los moriscos en Granada, capitaneados por Abén Humeya, cuando en 1583 nace Tirso de Molina y en la ciudad de la Giralda la Inquisición continuaba dictando sentencias a numerosos grupos como el capitaneado por Catalina de Jesús, 6 años antes de que naciera al mundo de la literatura su Burlador de Sevilla. Eran tiempos del reinado de Felipe IV. El pintor sevillano Murillo tenía entonces 12 años. Los japoneses habían poblado la pequeña ciudad sevillana de Coria del Río. Ni Tirso era andaluz ni Zorrilla tampoco. Y sin embargo, los dos autores, con doscientos años de diferencia en sus obras, las sitúan en en una misma ciudad, Sevilla; y eligen a un mismo personaje por el que parecen sentir especial fascinación. Hablamos, naturalmente, de Don Juan.