El halcón y la paloma

La guerra y la paz centran el diálogo entre Quintero y Gala, y sitúan la vida humana por encima de las circunstancias económicas que dominan el nuevo orden mundial.

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El halcón y la paloma

Los enemigos de Antonio Gala son los enemigos de todos, son aquellos movimientos que de alguna forma buscan el progreso de la mercantilización, del pragmatismo y del dinero, y no persiguen la paz, el verdadero desarrollo y el progreso del alma humana. La guerra, tan contraria a la paz, responde a una raíz económica según el escritor, a quien le da pavor que la economía se instale como reina absoluta de un reino que no es el suyo, puesto que “nuestro reino es cordial, fraterno. La reina de este reino es la paz y detesto esas guerras que siempre son fratricidas”. El poeta apela en “Trece Noches” a que la voz de los individuos tiene que empezar a oírse, colectiva y privadamente, a través de “esas dos pequeñas grandes palabras de todos los idiomas: el yo como una afirmación de una individualidad que protesta frente a las atrocidades de la colectividad, y el no como una resistencia ante esas batallas a las que nos empuja”. Se autodefine como un profesional de la paz en busca de un único camino: el de la justicia, el de la falta de explotación, el de la situación de cada hombre en su puesto de trabajo con una remuneración justa…; es decir, el camino de la vida.